Desde su fundación, la firma estuvo estrechamente vinculada a las actividades de Horacio M. Lynch, tanto aquellas estrictamente profesionales, como a su muy
comprometida desempeño en cuestiones institucionales, especialmente en el plano de la administración de justicia, de la profesión, de la ética y de la
organización de la Justicia y de los estudios profesionales.
Desde siempre, su actividad profesional y la de su firma se retroalimentó y enriqueció con estas actividades que le sumaban el conocimiento del
funcionamiento de los tribunales hasta la incorporación de la informática en el trabajo profesional, la creación de un semillero con las pasantías, de sus los estudios e investigaciones sobre la Corte Suprema, sobre la formación de jueces y abogados, y otros como la creación del Programa de Entrenamiento para Abogados - El Arte de la Abogacía, las publicaciones sobre el Plan de Reforma Judicial, el Cuadro de la Descongestión, su desempeño como
primer Director del Programa del Juzgado Modelo, como impulsor y luego integrante de la Comisión del Perfil del Juez y muchas otras. También otras actividades en distintas instituciones profesionales y polito-institucionales.
Durante casi diez años - involucrados en las TICs las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones, nacida desde el asesoramiento
profesional que la firma tuvo durante diez años de un grupo argentino de empresas de informática, y que trascendió luego de la publicación a mediados de 1996 de un artículo -EL MUNDO DESPUÉS DE INTERNET- en el diario
LA NACIÓN.